Esta semana estudiamos la escultura barroca con el "Cristo Yacente" de Gregorio Fernández:
Un poco de literatura de la época:
LA VIDA ES SUEÑO – CALDERÓN DE LA BARCA
Segundo monólogo de
Segismundo
Es verdad. Pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos:
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el Rey que es rey
Sueña el rey que es rey, y
vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que á medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Y un poco de música:
Antonio Vivaldi - Concierto para guitarra y orquesta:
Esta semana vamos a estudiar el Renacimiento Italiano y su influencia en el Arte Español. Como ejemplo
analizaremos el Entierro de Cristo, de Juan de Juni
Sobre la obra de Juan de Juni presente en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio os propongo el siguiente enlace
En tanto que de rosa y de azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.
CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.
MELIBEA.- ¿En qué, Calisto?
CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfecta
hermosura te dotase, y hacer a mi inmérito tanta merced que verte alcanzase, y,
en tan conveniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Por
cierto, los gloriosos santos que se deleitan en la visión divina, no gozan más
que yo ahora contemplándote.
MELIBEA.- ¿Por gran premio tienes éste, Calisto?
CALISTO.- Téngolo por tanto, en verdad, que si Dios me
diese en el cielo la silla sobre sus santos, no lo tendría por tanta felicidad.
MELIBEA.- Pues aún más igual galardón te daré yo, si
perseveras.
CALISTO.- ¡Oh bienaventuradas orejas mías, que
indignamente tan gran palabra habéis oído!
MELIBEA.- Mas desventuradas de que me acabes de oír.
Porque la paga será tan fiera cual merece tu loco atrevimiento. Y el intento de
tus palabras ha sido como de ingenio de tal hombre como tú. ¡Vete, vete de ahí,
torpe!
Esta semana vamos a estudiar el Románico y como ejemplo os propongo el Cenotafio de los santos Vicente, Sabina y Cristeta; que está en la Basílica de San Vicente de Ávila.
Para encontrar más información sobre la obra podéis consultar las siguientes páginas web: